Contingencia ambiental

contaminacdmx16Cuando no es una, es otra… Ahora los habitantes del Valle de México estamos viviendo y padeciendo una nueva “catástrofe natural”, la Contaminación Ambiental. Hoy, 17 de marzo del 2016, es el cuarto día que estamos en Contingencia Ambiental.

La semana pasada, nos quejábamos del mal clima, de los fuertes vientos que tiraron árboles y espectaculares, causaron inundaciones, entre otros inconvenientes, lo cual provocó que las autoridades declararán la suspensión de las actividades escolares por todo el día jueves –aunque algunas escuelas si estuvieron funcionando–.

Esta nueva eventualidad –el elevado índice de contaminación ambiental– que hace años no se daba como ahora, inesperadamente ha abierto una caja de Pandora y con ello un carnaval de dimes y diretes entre los políticos, los gobernadores y muchos otros más, que se echan la bolita entre unos y otros para culpar a alguien -aunque dicen que no es por culpar a nadie–.

Todos sabemos de los trinquetes que se dan en los verificentros –los brincos–, que durante treinta años se han ido perfeccionando, pues cada vez que se establece un control, la gente le busca para saltarse las trancas. Ejemplos de ello fueron “las madrinas”, que eran vehículos substitutos, que se usaban para que pasaran las verificaciones los autos de los dueños que pagaban por pasar. Luego para evitar eso, pusieron las cámaras de vigilancia, y para darles la vuelta, usaron laptops, fuera del campo visual de las cámaras de vigilancia, con las cuales controlan los valores de las mediciones y así, el auto puede obtener su calcomanía cero, sin que necesariamente se encuentre dentro de los rangos permitidos de contaminación. También podemos identificar las corruptelas que se dan entre líderes del transporte público y autoridades, que permiten circular vehículos contaminantes, circular en vías, a pesar de que existe el Mexibus, etcétera, etcétera.

Oigo a mis alumnos y compañeros preguntarse: sí todos estos males naturales son una maldición o qué, pues no salimos de una, cuando entramos a otra. Lo que si es verdad es que todo tiene consecuencias, buenas o malas, tarde o temprano. Así funciona el cosmos.  No hay mala suerte o el destino inevitable o el gobierno, los políticos, en fin, siempre buscamos algún culpable para los males que acontecen en nuestra sociedad, pero y si nos preguntamos a nosotros mismos si no somos también culpables de esos males. Tal vez tendríamos miedo de la respuesta, pues en efecto, tenemos parte de esa culpa, incluso, por no hacer o decir nada. El no hacer o decir las cosas, tiene también consecuencias, buenas o malas. El ser actores o agentes pasivos, permite que otros actúen y lo hagan, tal vez, equivocadamente, consiente o inconscientemente, con conocimientos o si ellos, pero lo hacen. Y luego los señalamos que tomaron malas decisiones, que lo hicieron mal, que son unos ineptos y más quejas de este tipo.

Nuestro país tiene una gran riqueza, que no sabemos valorar todavía y creo que ello nos hace laxos en muchos sentidos, a no actuar, a dejar que las cosas sucedan, a ver si se componen solas, si viene alguien a arreglarlas, si papá gobierno hace su tarea. Hay un cáncer en nuestras sociedad que es la corrupción, tal y como el salitre se come las paredes y muros de una casa, así sucede en la sociedad. El antídoto o medicina, está en nosotros mismos, en lo que decidamos hacer.

El problema está en los valores que tenemos las personas, pues con ellos nos movemos y actuamos. tenemos que revisarlos y ver cuáles tenemos que cambiar y cuáles cultivar. El pueblo mexicano tiene virtudes, ingenio, habilidades, buenos sentimientos, potencial, pero también pesan sobre nosotros muchos vicios, debilidades y cadenas, que tenemos que sacudir y eliminar de nuestras vidas.

Y tú ¿qué opinas?

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